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OPINIÓN

10 de mayo de 2017

De aquel documento a estos desencuentros

Por Fernando Latrille


El documento escrito desde Nuevo Encuentro Ramallo junto a Elvio Zanazzi en 2014 y que traje a la memoria desde mi cuenta en facebook es muy claro y cualquier ciudadana/o puede leerlo (siguiendo la siguiente dirección de enlace https://goo.gl/8lVSH9) y evidenciar por si solo que si bien nos referíamos a la cuestión Tonelero ya que era y sigue siendo el debate que preocupa a una parte de la sociedad evidenciábamos una posición y una agenda con respecto al medioambiente que no es la que el concejal ahora eligió con su voto cambiando la zonificación a medida de Moviport.

Cuando Zanazzi expresa en su artículo: “En primer lugar nada tiene que ver Moviport con El Tonelero, ni la zona costera. Moviport se instalaría en un predio sobre la autopista”. Se olvida que la preocupación por el medioambiente es un punto en común más allá que los lugares sean diferentes y por eso existe una reacción y organización ciudadana que crece preocupada cada vez más por tener familiares o amigos enfermos.
“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa, de la neutralidad los suizos, del justo medio los filósofos y de la justicia los jueces. Y si no se encargan, ¿qué culpa tiene el periodismo?”, esa definición de periodismo que figura en el libro Un mundo sin periodistas de Horacio Verbitsky es lo que uno intenta llevar adelante y no está en mí ningún tipo de ensañamiento-como señala Zanazzi en su artículo- suelo ensañarme con la memoria y la coherencia que es necesario no perder. 
Repaso
Para entender la resistencia de una parte de la sociedad a la instalación de Moviport-que no deja de crecer como se evidenció en el último encuentro realizado por la asamblea vecinal en el Centro de Comercio de Villa Ramallo- es necesario remontarnos al primero de febrero cuando se desarrolló la segunda etapa de la audiencia pública donde el empleado de la empresa de agrotóxicos Moviport expresó que “luego de aprobado el cambio de zonificación nosotros haremos el estudio de impacto ambiental correspondiente”, es decir en la misma audiencia pública el vocero empresarial nos decía a los presentes que  no íbamos a contar con la información suficiente de si ese proyecto impactaría en forma favorable o no en nuestro medioambiente hasta tanto no se le aprobara el cambio de zonificación. 
Si esa confesión no hacía ruido a los presentes era porque en Ramallo se había naturalizado la idea de que los cambios de zonificación no se hacían por una planificación política-social sobre el desarrollo de Ramallo sino que todo se transformaba de acuerdo al deseo o iniciativa empresarial. Reinaba entonces con Santalla y reina hoy con Poletti: primero cambiame la zonificación después vemos eso del tema de cómo impacta en el mediombiente y la salud mi iniciativa empresarial. Si impacta mal, bueno, todo será parte del daño colateral, lo importante es el empleo. 
Todo se agravó, y se puso peor aún, cuando los ocho concejales oficialistas votaron en la sesión pasada el cambio de zonificación a pedido de Moviport sin saber cuál es el impacto que ocasionaría. Esto es lo que se debe cambiar, y por eso la abogada Sandra Mordini inició acción judicial contra Moviport ante el Juzgado de Paz de Ramallo presentando también una medida cautelar de no innovar contra Moviport.
Una de las argumentaciones por parte de quienes han votado por el cambio de zonificación para que se instale la empresa es que al aplicarse el concepto de plusvalía se estaría beneficiando a todos los ramallenses ya que el empresario deberá hacer un aporte, una fracción de terreno en el que se podría construir la terminal de ómnibus- proyecto nunca concretado desde hace tiempo- que vendría a cubrir una necesidad de la ciudadanía.  
Sin embargo esas bondades no entusiasman ya que nadie imagina el arribo de algún pariente a la futura terminal que de paso- teniendo Moviport al lado- se compre una bolsa de agrotóxicos para no caer con las manos vacías en el almuerzo y así ir picando un poco de agrotóxico sólido antes del asado. Ni mucho menos, una parte de la sociedad, crea que debamos a la hora de despedir algún pariente en la terminal comprarle y obsequiarle como recuerdo de Ramallo una minibolsa de agrotóxicos sólido (nada de fraccionar líquido, eso es peligroso) de Moviport con la leyenda: ¡Gracias por visitar Ramallo, si vuelve, es un milagro! 
Por último, rescato que Elvio Zanazzi haga público que “en relación a El Tonelero, que No tiene NADA QUE VER CON MOVIPORT, que iría a la ruta, tengo posición tomada y no colisiona con ese documento que hicimos oportunamente”, como afirma en su artículo, al menos así está confirmando que no votará para que se termine con humedales, bosques nativos, y posible sitio histórico a determinar. 
Pero se equivoca al decir que nada tienen que ver cuando el punto común es lo ambiental, y ese es su error, su cambio de posición, porque el documento que escribimos desde Nuevo Encuentro  aplica tanto para Tonelero como para Moviport,  recalcábamos que en estos temas es necesario la prevención y con Moviport se necesitaba  saber cuál será su impacto,  y tal como escribimos en el documento de hace tres años que hoy lo irrita: “Esos problemas ambientales se pueden corregir con la prevención, no con el daño ocasionado una vez que se le otorga vía libre a cualquier tipo de instalación sin los estudios correspondientes aprobados”. 
Sigo pensando igual, sigo escribiendo y ejerciendo el periodismo con el mismo compromiso social con el que lo hice siempre y si en su escrito intenta mencionarme sin hacerlo al decir: “De la misma manera puedo pensar yo respecto de algunos integrantes de la ong, y de algún periodista, quienes antes insultaban a concejales del anterior gobierno y ahora se reúnen a cada rato con el bloque de la oposición, al que antes insultaban”, debo decirle que no me he reunido con nadie, por lo tanto o tiene mala información o miente. 
Pero si así lo quisiera puedo reunirme con cualquiera, incluso con quienes he tenido serias diferencias y seguramente se han irritado con mi ejercicio periodístico al que ejercí y ejerzo lo más documentadamente posible. Lo que nunca haría es cambiar esos principios, esas ideas, que plasmamos juntos  en ese documento y que no pueden respetarse cuando se trata de Tonelero y olvidarse cuando se trata de Moviport, porque en los dos casos el mediomabiente es lo que peligra.

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