LOCALES
11 de abril de 2025
La construcción en Argentina muestra signos de recuperación, pero la realidad local pide cautela

Un leve repunte en la actividad a nivel nacional no alcanza para disipar las dudas en Ramallo, donde los costos elevados y la falta de dinamismo frenan el optimismo, según el constructor Reynaldo Frassi.
La construcción en Argentina comienza a dar señales de vida tras un largo letargo.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), febrero marcó un punto de inflexión con un aumento del 2% en la actividad respecto a enero y un 3,7% en comparación con el mismo mes de 2024, rompiendo una racha de 15 meses consecutivos de caídas interanuales.
Sin embargo, en el interior del país, la percepción dista de ser alentadora.
En Ramallo, el constructor Reynaldo Frassi advirtió que el repunte aún no se siente en las calles ni en los bolsillos.
“No quiero ser pesimista, pero no veo un cambio de tendencia. Lo palpo en la cantidad de gente que viene a pedirme trabajo. La actividad no repunta desde mi punto de vista”, aseguró Frassi, cuya experiencia en el sector lo convierte en una voz autorizada en la región. Para él, los números nacionales no reflejan la realidad de localidades como Ramallo, donde los costos de construcción siguen siendo un obstáculo casi infranqueable.
Frassi detalló que el metro cuadrado para una vivienda intermedia en la zona ronda los US$700, lo que eleva el costo de una casa de 85 metros cuadrados a unos US$85.000, sin contar el precio del terreno. “Los precios en dólares están muy caros, no se adaptaron al bolsillo de la gente. Los valores son altísimos, no hay competitividad”, sentenció.
El constructor rememora con nostalgia los años dorados del sector, entre 2012 y 2018, cuando la actividad fluía con fuerza.
“Después llegó la pandemia y la inflación nos corrió a todos”, lamentó.
Desde entonces, la construcción ha luchado por recuperar el terreno perdido, enfrentándose a una combinación de costos disparados y una demanda debilitada.
A nivel nacional, los datos del Indec ofrecen un atisbo de esperanza.
El repunte de febrero sugiere que algunas obras podrían estar reactivándose, impulsadas quizás por una mayor estabilidad cambiaria o expectativas de mejora económica.
Sin embargo, para Frassi y muchos en Ramallo, esas cifras son apenas un eco lejano.
“Hay interés, sí, pero es incipiente. Todavía falta mucho para que la construcción vuelva a ser el motor que era”, concluyó.
Mientras los informes oficiales celebran un cambio de rumbo, en el interior del país la recuperación se siente como una promesa que aún no termina de cumplirse.
En Ramallo, como en tantas otras localidades, la construcción espera su momento, atrapada entre la esperanza de los números y la dureza de la realidad.
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