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LOCALES

23 de julio de 2022

"Estamos atados a unos sistemas como son la política, la economía, la moral, el derecho, que aparentemente nos brinda seguridad y cuando irrumpen ciertos acontecimientos esa seguridad se desmorona y es lo que está pasando hoy en día"

Lo dijo el Doctor Franco Gatti profesor de la Universidad Nacional de Rosario. Ha realizado una maestría en la Universidad de Génova, Italia y otra en la Universidad de Castilla- La Mancha en España. Además, realizó una pasantía en la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Costa Rica. Graduado con el mejor promedio de la carrera el joven profesor participó en Bucarest, Rumania en el Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Filosofía del Derecho y Filosofía Social. Ayer desde Bilbao, España dialogo con La Radio Ramallo y contó la experiencia vivida. También se refirió a la continuidad del viaje que implica jornadas y encuentros con otros profesionales del derecho a nivel internacional.

 

“Las personas somos sujetos vulnerables, así como ocurrió la guerra y vivimos de manera incierta frente a la economía, estamos siempre sometidos a este tipo de eventos que nos ponen en crisis y que nada es tan certero como creemos. Estamos atados a unos sistemas como son la política, la economía, la moral, el derecho, que aparentemente nos brinda seguridad y cuando irrumpen ciertos acontecimientos esa seguridad se desmorona y es lo que está pasando hoy en día. En mi trabajo pongo de manifiesto que estamos sometidos a esto” comenzó contando el doctor Gatti.

Luego explicó “el congreso se desarrolló a escasos kilómetros de Ucrania donde, a pesar de que su impacto mediático se ha morigerado, la violencia continúa vigente y sus efectos se perciben en cada rincón del mundo. Allí se discutieron las aristas de este conflicto, así como otros temas de las disciplinas implicadas. Es cierto que existen guerras olvidadas, borradas arbitrariamente de la gramática que orienta nuestro sentido o justificadas ingeniosamente por quienes dominan las máquinas de escribir de la escena global. No obstante, la invasión de Rusia y la posterior contienda con Ucrania ocasionó un cimbronazo en algunas de las certezas sobre las que, aparentemente, definimos nuestro andar. Una guerra interpretada como impensada a esta altura de la civilización, de una civilización atravesada por la ilusión de hallarse encaminada hacia el progreso, una civilización en la que sus líderes se han apretado las manos para asegurar la paz y los derechos humanos, una civilización que sepultó al nazismo, al franquismo, a las dictaduras latinoamericanas y a tantas otras formas de arrebato a los regímenes democráticos”.

Más adelante el profesor ramallense dijo “el congreso, fue un congreso de filosofía social, de filosofía del derecho que se discutieron los aspectos de fondo, las razones que están en este tipo del conflicto, en el intercambio uno percibe que la crisis no reconoce fronteras. Ese fenómeno es así, en los países donde he estado se habla de la guerra, hay inflación y se advierte y también en al ámbito académico donde esta angustia está presente. Lo que ocurre en Rusia, Ucrania o en otro país impacta en nuestras economías”.

Jubilados y Derechos Humanos

“La discusión que está en el mundo y en la filosofía, es la renta universal, que todas las personas, tengan o no tengan trabajo, todas tienen que tener acceso a un salario universal básica, que es lo que se está discutiendo en Chile con una nueva constitución, se discute en Europa, ese salario universal nos tendría que permitir vivir dignamente. A la Argentina llega a través de voces que son muy resistidas y por eso no se le presta atención. Que el sistema funcione de manera que haya una redistribución justa y equitativa, acá hay un problema cierto porque hay que pensar la economía en clave derechos humanos, el mercado solo no se regula y cuando se regula solo pasa lo que está pasando en la Argentina ahora no sabemos hacia dónde vamos. Es una discusión histórica que tiene otros matices” manifestó en otro tramo de la entrevista.

Europa

“Aquí en Europa se incorporó a la “crisis de la guerra” en el lenguaje cotidiano, la inflación en prácticamente todos los Estados configura un vendaval sobre el que nadie se anima a hacer pronósticos, se abren nuevos capítulos en la usura de los monstruos internacionales, entre muchos otros sucesos.  Quizás soportar tenga que ver con asumir la fragilidad que nos define y de la que formamos parte. El pensamiento occidental se ha fundado, desde la antigüedad y con una expresión paradigmática durante la época de la Ilustración, en la idea de que podemos dominarlo todo, porque existe una razón humana impertérrita no afectada por contradicciones, coherente y capaz de alcanzar verdades claras y objetivas. Cuando se presenta un hiato en esa lógica irrumpe la angustia, la melancolía, el pánico. Y, honestidad mediante, esto sucede permanentemente, aunque son determinados acontecimientos los que nos hacen caer en esa cuenta” indicó.

Argentina

Después resaltó “No sabemos qué va a pasar mañana, sobre la economía Argentina. En rigor, nunca lo supimos, pero los sistemas simbólicos de los que participamos –la economía, sobre todo- nos han ordenado la vida de tal manera que la transitamos creyendo que la dimensión de la contingencia es susceptible de control. Quienes más tienen, va de suyo, más a salvo suponen estar de las amenazas de la vida y cuando asoma un peligro desconocido inmediatamente aparecen los “seguros” para, nuevamente, proporcionar un resguardo –o una ilusión de él-. La economía nos asigna un tiempo estructurante, que nos calma, nos orienta, un tiempo para el trabajo, para el descanso, para el goce. Asimismo, coloca en nuestros bolsillos un dinero destinado a fines específicos, cuya determinación no nos encuentra tan libres como pensamos”.

“Habitamos un mundo frágil y somos seres frágiles, nos han lanzado a un orden simbólico preexistente, sobre el que nada decidimos y en el que permanecemos atados –sujetos-, no sabemos cuándo acabará esta guerra, cuándo vendrá la próxima ni somos conscientes de que, quizás, estemos librando una. Algo allá afuera está pasando y algo aquí dentro cree haberlo decidido, pero no. Hay una guerra que no se apaga” concluyó.

 

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