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28 de noviembre de 2025

Arsénico en aumento: alerta en los distritos del norte bonaerense

El relevamiento del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) ubicó a San Nicolás, San Pedro, Baradero, Zárate y Pergamino entre las localidades del norte provincial con niveles medios y altos de arsénico en agua de red y de pozo. El mapa evidencia un deterioro sostenido durante el último año.

El problema del arsénico en el agua volvió a exponerse con crudeza en la provincia de Buenos Aires, y particularmente en la franja norte, donde varias ciudades estratégicas quedaron marcadas por el relevamiento que realizó el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

Según el estudio, municipios como San Nicolás, San Pedro, Baradero, Zárate y Pergamino registran niveles de arsénico que van desde valores moderados hasta concentraciones consideradas de riesgo para el consumo humano.

El trabajo, que se basó en más de mil análisis de agua de red y de perforación domiciliaria, clasificó los casos en tres categorías: rojo (más de 50 ppb), amarillo (entre 10 y 50 ppb) y verde (dentro del estándar recomendado por la OMS). En la región norte bonaerense predominan los tonos amarillos, aunque algunos puntos críticos aparecen como rojos, reflejando un deterioro que avanza en silencio.

San Pedro se destaca entre los partidos ribereños afectados. Allí conviven zonas abastecidas por la red municipal con barrios que utilizan pozos individuales, donde las napas presentan variaciones profundas en su calidad.

Los valores registrados por el ITBA encendieron una preocupación adicional entre los vecinos, sobre todo porque este tipo de contaminación es acumulativa y sus efectos sobre la salud pueden manifestarse a largo plazo.

Un panorama similar se observa en Baradero, otra ciudad costera donde el crecimiento urbano presionó las fuentes subterráneas y dejó expuestas a varias comunidades periféricas.

En los últimos meses, organizaciones ambientalistas y referentes barriales volvieron a pedir controles más frecuentes y la publicación de los parámetros oficiales.

En San Nicolás, una de las cabeceras más importantes de la región, el estudio marcó niveles que se ubican dentro del rango de alerta amarilla. Aunque la ciudad cuenta con una planta potabilizadora de alta capacidad, sectores abastecidos por perforaciones continúan mostrando variaciones significativas en los minerales disueltos. Tanto técnicos municipales como especialistas externos coinciden en que la heterogeneidad de la red dificulta una solución uniforme.

Zárate y Campana, dos distritos industriales clave sobre el eje del Paraná, también quedaron señalados. En ambos casos, los barrios alejados de los cascos urbanos son los que presentan mayores problemas, según las mediciones realizadas a nivel domiciliario. Allí, el arsénico se combina con otros minerales propios de la cuenca del río, lo que complica la potabilización y obliga a mejorar los sistemas de monitoreo.

El relevamiento también incluyó a Pergamino, un municipio con antecedentes complejos vinculados al uso intensivo del suelo y a la vulnerabilidad de sus acuíferos.

Aunque el informe del ITBA se enfocó específicamente en parámetros inorgánicos, el distrito volvió a aparecer en el mapa de riesgo, lo que reforzó el pedido de especialistas para ampliar los controles.

Los expertos señalan que la presencia de arsénico en esta zona no es un fenómeno reciente ni exclusivamente antrópico. Buena parte del norte bonaerense se asienta sobre la planicie pampeana, una región donde los sedimentos geológicos contienen naturalmente este elemento. Sin embargo, los cambios en el uso del suelo, el avance residencial, la mayor demanda de agua y la falta de infraestructura moderna profundizan la problemática.

Frente a este escenario, los municipios intentan reforzar los controles y ampliar las obras de provisión de agua potable, pero admiten que la solución definitiva requiere una inversión provincial y nacional sostenida. Mientras tanto, especialistas recomiendan a los vecinos que dependen de pozos particulares realizar análisis periódicos y, si es necesario, incorporar filtros certificados.

El informe del ITBA vuelve a ubicar al norte bonaerense ante un desafío urgente: garantizar agua segura en una región que crece, se urbaniza y depende cada vez más de acuíferos bajo tensión.

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