La Unión Cívica Radical (UCR) tiene nueva conducción.

El Plenario de Delegados se reunió este viernes en la sede del Comité Nacional, sobre la calle Alsina, y eligió al intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella, como nuevo presidente del partido.

Con 81 votos a favor, el dirigente santafesino reemplazará a Martín Lousteau y encabezará la UCR hasta fines de 2027, en un momento clave para el futuro del centenario espacio político.

Con apenas 36 años, Chiarella se convirtió en el presidente más joven en los 134 años de historia del radicalismo, superando marcas históricas como las de Gabriel Oddone y del propio Hipólito Yrigoyen.

Su elección fue respaldada por los gobernadores de Provincias Unidas y el movimiento Evolución, y contó con la presencia de figuras de peso como Gerardo Morales, Gustavo y Juan Pablo Valdés, Maximiliano Pullaro —quien lo propuso formalmente— y, a último momento, Alfredo Cornejo.

La designación fue celebrada como un hecho histórico en Venado Tuerto: es la primera vez que un dirigente de esa ciudad alcanza la máxima conducción nacional de uno de los partidos más tradicionales del país. Además, distintos medios nacionales destacaron el perfil de gestión del nuevo presidente: fue reelecto intendente en 2023 con el 83% de los votos, gobierna con superávit desde hace seis años y fue reconocido este año entre los 30 intendentes más innovadores de América Latina por la Red de Innovación Local.

Ese recorrido es visto dentro del radicalismo como un activo en tiempos donde la eficiencia administrativa y la gestión concreta ganaron centralidad en la discusión política, especialmente frente al avance del presidente Javier Milei y el reordenamiento del sistema de partidos.

El desafío de Chiarella será, justamente, conducir una UCR atravesada por internas, tensiones estratégicas y dificultades para construir una posición unificada a nivel nacional.

En ese contexto, llamó la atención el silencio de algunos comités locales, entre ellos el de Ramallo, que a casi 24 horas de la asunción no había emitido expresiones públicas sobre la llegada de un joven dirigente que propone volver a poner al radicalismo en discusión desde Santa Fe. La omisión reavivó debates pendientes en el distrito, donde el partido atraviesa uno de sus momentos más delicados desde el regreso de la democracia.

En Ramallo, por primera vez, la UCR no participó en las elecciones locales --7 de septiembre -- ni con lista propia ni en alianzas, una decisión que generó un fuerte malestar entre afiliados y simpatizantes.

A eso se sumaron las críticas a la postura del exintendente Ariel Santalla, quien respaldó a la vecinal 24 de Octubre, una jugada que muchos interpretaron como haber dejado el escenario político servido al peronismo.

La llegada de Chiarella a la presidencia nacional reabre, así, una discusión de fondo. Para varios sectores, representa la oportunidad de reconstruir el partido desde liderazgos jóvenes, con anclaje territorial y gestión comprobada, dejando atrás una etapa que muchos consideran la más triste de su historia reciente.

En distritos como Ramallo, la dirigencia local enfrenta ahora el desafío de mirar hacia adelante y encarar la tarea de recomponer un radicalismo que, hoy, "agoniza pero aún conserva raíces profundas en la vida política local".