21 de agosto de 2025
"Tiraron una bomba de estruendo que explotó frente a una familia"

Graves incidentes en el Estadio Libertadores de América terminaron con la cancelación del partido por la Copa Sudamericana, dejando heridos, detenidos y un relato escalofriante de los hinchas presentes.
Lo que prometía ser una noche de fútbol vibrante por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile se convirtió en una pesadilla marcada por la violencia desmedida en las tribunas del Estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini.
El encuentro, que iba 1-1 en el marcador, fue cancelado por la Conmebol tras disturbios que dejaron decenas de heridos, al menos 90 detenidos y un saldo de caos que aún resuena en Avellaneda.
Cristian Fabrizzi, hincha de Independiente y miembro de la peña de Ramallo, relató la odisea vivida en el estadio.
“Viajamos con parte de la peña, llegamos temprano a la cancha. Leímos que la Conmebol había dispuesto un operativo con 750 efectivos policiales y 150 agentes de seguridad privada del club, pero desde el minuto uno fue un desastre”, afirmó.
Según su testimonio, los problemas comenzaron apenas iniciado el partido, cuando los hinchas de Universidad de Chile, ubicados en la Tribuna Pavoni Alta, empezaron a arrojar objetos hacia la popular baja, donde se encontraban los simpatizantes locales.
“No mostraban en la transmisión el desastre que estaba pasando. Tiraban cosas, líquidos, desechos propios. Luego empezaron a arrancar piezas de los baños, fierros, todo iba a parar abajo”, describió Fabrizzi.El entretiempo marcó un punto de no retorno.
“Se desmadró todo. Tiraron una bomba de estruendo que explotó frente a una familia. La seguridad privada abrió los portones para que la gente que estaba sufriendo las agresiones pudiera refugiarse en la platea”, relató.
Sin embargo, la situación escaló aún más cuando, según Fabrizzi, las dos barras bravas de Independiente reaccionaron.
“En los videos se ve cómo tiraban botellas de Fernet a la cancha, partes de los sanitarios. Luego, la barra de Independiente violentó dos puertas e ingresó al sector de los hinchas de la U. Fue de terror, veíamos cómo los tipos caían al vacío. Fue terrible”, narró con conmoción.
La falta de contención policial en los momentos clave fue un factor determinante en el descontrol.
A pesar de los avisos por altoparlantes ordenando el desalojo de la tribuna visitante, los incidentes no cesaron.
Hinchas chilenos incendiaron butacas, rompieron instalaciones del estadio y continuaron arrojando proyectiles, mientras la barra disidente de Independiente irrumpió en la tribuna alta, desatando enfrentamientos cuerpo a cuerpo.
Videos difundidos en redes sociales muestran escenas escalofriantes: hinchas ensangrentados, agresiones con palos y hasta un aficionado chileno que, según reportes, habría saltado al vacío para escapar de la violencia.
El árbitro uruguayo Gustavo Tejera detuvo el encuentro a los tres minutos del segundo tiempo, y tras una hora de espera, la Conmebol anunció la cancelación definitiva del partido por “falta de garantías de seguridad por parte del club local y las autoridades locales”.
El caso fue derivado a la Comisión Disciplinaria del organismo, que definirá posibles sanciones para ambos clubes.
Fabrizzi, aún conmocionado, describió los momentos finales: “Terminó el partido y esperamos 40 minutos para salir. Fue una noche de terror, no era fútbol, era una guerra”.
Las imágenes de hinchas heridos, algunos en estado grave y trasladados al Hospital Fiorito, y las detenciones masivas en Puerto Madero, pintan un cuadro desolador de una jornada que debería haber sido una fiesta deportiva.
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