Las lluvias traen alivio al campo
Las lluvias recientes en la región trajeron un respiro para los cultivos, especialmente para los de invierno, que venían sufriendo un déficit hídrico importante.
Según explicó el ingeniero agrónomo Mariano García, las precipitaciones no solo beneficiaron al trigo y a la arveja, cuyos rendimientos ahora son prometedores, sino que también mejoraron las condiciones del maíz temprano, sembrado hace poco, y de la campaña gruesa centrada en la soja.
“La recarga del perfil de agua en el suelo es crucial para los cultivos de verano, y esta lluvia fue de gran ayuda, aunque aún necesitamos más”, indicó García.
Aunque a nivel nacional podría haber variaciones en la superficie sembrada, en su zona particular la superficie agrícola se mantendrá estable.
Lo que podría cambiar, según el agrónomo, es la rotación de cultivos, con una mayor inclinación hacia la siembra de soja.
El ingeniero subrayó la importancia de mantener un equilibrio en la rotación de cultivos, favoreciendo las gramíneas como el trigo, la cebada y el maíz, lo que contribuye a la salud del suelo y a la fijación de carbono.
“El rendimiento del trigo es muy prometedor y la arveja también se benefició, ya que las lluvias llegaron en el momento justo”, señaló García.
No obstante, advirtió sobre el costo elevado de los fertilizantes, que será una preocupación central para la próxima campaña.
“Restringir el uso de fertilizantes no beneficia a nadie, pero entiendo que esta será una campaña austera, sobre todo para aquellos que arrastran deudas”, comentó García, refiriéndose a la situación financiera de muchos productores.
En cuanto a los planes inmediatos, el ingeniero informó que se comenzará la siembra de verdeos de verano para la hacienda, y que hacia fin de mes se continuará con sorgo granífero y soja.
Sin embargo, advirtió que recuperar completamente el perfil de humedad del suelo tras tres años consecutivos de sequía será una tarea ardua.
“El patrón climático tiene que cambiar a un nivel más regional, porque para recargar el perfil de suelo hacen falta entre 70 y 80 milímetros más de lo que llovió”, puntualizó García, remarcando la necesidad de más precipitaciones para lograr una recuperación agrícola sostenible.