6 de octubre de 2024

Boleta Única: ¿Una oportunidad para ampliar la representación en el Concejo Deliberante de Ramallo?

Desde 1983, las elecciones en Ramallo han sido dominadas por los partidos tradicionales, dejando poco espacio para la irrupción de nuevas fuerzas políticas. La implementación de la Boleta Única podría cambiar esta dinámica, reduciendo el impacto del "arrastre" y favoreciendo una competencia "más justa que permita a partidos más pequeños acceder a bancas en el Concejo Deliberante".

Las elecciones en Ramallo, al igual que en gran parte de la provincia de Buenos Aires, se han caracterizado históricamente por la preeminencia de dos grandes fuerzas: el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical, que luego se amalgamó con diferentes alianzas para conformar frentes más amplios como el Frente para la Victoria y, en los últimos años, Juntos por el Cambio.

Durante las últimas cuatro décadas, los partidos más pequeños y las agrupaciones locales han encontrado grandes dificultades para romper con la polarización y acceder a cargos legislativos locales.

La Boleta Única, en contraste con el sistema tradicional de listas sábana, plantea un escenario distinto: al eliminar el “arrastre” de votos que benefician a los partidos más grandes en elecciones legislativas, cada lista y cada candidato se visibilizan de manera independiente.

Esto podría reducir la tendencia a que las opciones más votadas a nivel municipal terminen monopolizando el Concejo Deliberante, abriendo un espacio para que fuerzas emergentes y vecinalistas alcancen mayor representación.

En Ramallo, donde las disputas electorales han tenido resultados ajustados en distintas elecciones y los partidos minoritarios han quedado al margen por escasos porcentajes, la Boleta Única podría ser el factor que modifique ese equilibrio.

Esto permitiría a partidos pequeños, como los vecinalistas o nuevas fuerzas progresistas, capitalizar su caudal de votos y lograr la representación que el sistema tradicional no les ha permitido alcanzar.

El desafío, sin embargo, sigue siendo la adaptabilidad del electorado a este nuevo formato y la capacidad de las fuerzas políticas para presentar candidatos conocidos y con propuestas claras.

Si los partidos tradicionales logran mantener su ventaja estructural, el cambio en el sistema podría tener un impacto limitado. Pero, en un escenario de descontento con las fuerzas hegemónicas, la Boleta Única podría redefinir las reglas del juego y "traer una bocanada de aire fresco al Concejo Deliberante de Ramallo".

 

¿Cómo funciona la Boleta Única?

La Boleta Única es un sistema electoral que reemplaza a las tradicionales boletas partidarias por un único documento donde figuran todos los candidatos y fuerzas políticas.

Este sistema se implementa con el objetivo de reducir el costo electoral, evitar el robo o la falta de boletas en los cuartos oscuros, y brindar mayor transparencia al proceso electoral.

El votante recibe una sola boleta por cada categoría electoral (gobernador, legisladores, intendentes, etc.), donde están listados todos los candidatos y partidos que compiten en esa elección.

Para emitir su voto, el elector debe marcar con una cruz o un tilde al lado del nombre del candidato o lista que elija. Luego, la boleta es introducida en una urna, similar al procedimiento con las boletas tradicionales.

En el caso de la Boleta Única de Santa Fe, el documento presenta las fotos de los candidatos, sus nombres, y los espacios correspondientes para marcar las opciones.

De esta manera, el votante tiene un panorama completo y equitativo de todas las opciones, sin que haya intervención partidaria en la entrega de boletas.

Resultados de la Boleta Única en Santa Fe

Santa Fe fue pionera en la implementación de la Boleta Única en Argentina, aplicándola por primera vez en 2011 para las elecciones provinciales y municipales.

Los resultados mostraron cambios significativos en el comportamiento electoral y la representación legislativa:

  1. Mayor Representación de Partidos Minoritarios: Al no depender de la logística partidaria para la distribución de boletas, las fuerzas políticas más pequeñas pudieron participar en igualdad de condiciones. Esto redujo la brecha de competitividad entre grandes y pequeños partidos, lo que permitió a fuerzas emergentes ganar bancas en el Consejo Deliberante y en la Legislatura.

  2. Reducción del Voto en Blanco y Nulo: Al haber mayor claridad en la presentación de candidatos y opciones, se redujo el número de votos nulos o confusos. Sin embargo, el voto en blanco se mantuvo relativamente constante, lo que sugiere que la Boleta Única no afecta la voluntad de no votar por ningún candidato.

  3. Disminución del Costo Electoral y Transparencia: Al eliminar las boletas partidarias, el Estado asume el costo de impresión de una sola boleta por votante, reduciendo el gasto público y garantizando que no haya faltantes de boletas en los cuartos oscuros, un problema frecuente en elecciones con boletas tradicionales.

  4. Menor Incidencia de Prácticas Irregulares: El sistema redujo significativamente el robo o la sustitución de boletas, un problema recurrente en otros distritos. Al centralizar la provisión de la boleta en un único documento estatal, desaparecen las prácticas de manipulación o alteración del material electoral.

Impacto y Proyección del Sistema en Otras Provincias

La experiencia santafesina se ha tomado como referencia para evaluar la implementación de la Boleta Única en otras provincias y a nivel nacional.

Mendoza y Córdoba también adoptaron el sistema con resultados positivos, destacándose la mayor equidad en la representación política.

En Santa Fe, la Boleta Única ha logrado afianzar la pluralidad y evitar irregularidades en el proceso electoral, siendo un ejemplo de cómo la reforma del sistema de votación puede impactar en la calidad democrática.

 


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