Afirman que se sembraría un 5% menos de trigo con respecto a la campaña 2023/24
En medio de los campos argentinos, la cosecha se convierte en una carrera contra el tiempo. Sin embargo, este año, los obstáculos parecen multiplicarse, amenazando con frenar el flujo de producción.
La soja, principal cultivo de la región, se ve atrapada en una cosecha que avanza a paso de tortuga. Con un retraso que alcanza un máximo de ocho años, los agricultores enfrentan la angustiante incertidumbre sobre si podrán recolectar a tiempo. De caminos intransitables a lotes en riesgo de quedar abandonados, cada día de demora aumenta la tensión en el sector.
Pero no solo la soja sufre las consecuencias de esta temporada desafiante. El maíz, otro pilar fundamental de la agricultura argentina, se estanca en un preocupante 70% de avance en la cosecha. Las lluvias persistentes se convierten en el principal obstáculo, convirtiendo la recolección en una tarea titánica.
Mientras tanto, el trigo, aunque enfrenta una disminución del 5% en la siembra, podría ver un aumento inesperado en su superficie cultivada. ¿La razón? La necesidad imperiosa de los productores de obtener ingresos en medio de una campaña marcada por la incertidumbre y los costos elevados en dólares.