Vino desde Burzaco buscando seguridad y en medio de los festejos le saquearon el kiosco, los golpearon y hasta le tiraron un tiro con un revolver
Con mucho esfuerzo contó que abrió un kiosco frente a las vías del ferrocarril por una de las arterias más transitadas de Villa Ramallo. Sin embargo lo que iba a ser un festeo y tal vez mejorar sus ventas, se transformó en una pesadilla. Varios sujetos ingresaron al comercio, le pegaron a su mujer, rompieron los vidrios y se llevaron objetos de valor que estaban a la venta. Hizo la denuncia, llego la policía y luego volvieron otros sujetos conocidos del aprehendido por la policía y dispararon contra el comercio. “Me quiero ir de Ramallo” afirmó. Pidió que no le saquen fotos a él ni a su familia porque temen por su vida.
Comenzó contando: “ayer tuvimos unos inconvenientes, vinieron a patotearme, soy un laburante. Vinieron, dos, cuatro, después seis, y después eran como 50 personas. Le pegaron a mi mujer, a mi hijo. No tenían control de nada. No sé cómo decir las cosas… la pase mal”.
En la calle se pueden observar botellas rotas, vidrios esparcidos por todos lados y en la pared no muestra el impacto de una bala.
“Viví tres horas de hostigamiento. No se puede vivir así. Yo soy un laburante. Ando todo el día por el sol, salgo a vender ensaladas de frutas, salgo a trabajar, no cobro planes nada. Esto es mi sacrificio el kiosco. Hace dos años que estoy trabajando y puede abrir un kiosco” agregó.
Luego contó que “pude abrir el kiosco y cuando termino el partido había festejos, y de repente ingresaron y se empezaron a llevar todo lo que podían. Se llevaron cargadores de celular, equipos de música, los parlantes y también cervezas. Fue un saqueo. Yo me vine desde Buenos Aires, desde Burzaco a Ramallo buscando tranquilidad, seguridad para mi familia y no puedo creer lo que nos pasó”.
El comercio está ubicado a unos 40 metros de una de las cadenas de supermercados locales, y pegado tiene una tienda de ropa y otros comercios de venta de indumentaria. La calle pasadas las 17 horas mostraba a una multitud que iba y venía por la Avenida Bonfiglio rumbo a la principal avenida que es la santa Martín en Villa Ramallo.
“Se llevaron todo lo que pudieron…”
Mientras sigue sacando vidrios y colocándolos en una caja relató: “manotearon todo lo que pudieron. A mi señora le pegaron en un brazo, la policía bien gracias. Cuando salgo de la comisaría y regreso al kiosco, se bajo una persona y nos tiró un tiro que pegó en la pared. Tres hijos varones tengo, se asustaron, una locura. Nunca viví esta situación, fue un hostigamiento constante. El kiosco es un emprendimiento familiar, salimos de Buenos Aires hacia Ramallo porque pensamos que era una forma de vivir mejor y nos pasa esto”.
“El tiro pego en la pared de kiosco, tengo miedo hoy, mi familia tiene miedo. No conocemos mucha gente, pero no entiendo porque esto. Quiero cerrar e irme de Ramallo.
Además de romper los vidrios rompieron dos autos que estaban en la calle. Nos amenazaron todo el tiempo que nos iban a matar. La policía vino, pero era mucha gente para dos policías y no podían hacer nada. Lo que viví es como si me tiraran a una jaula de leones. Vine a Ramallo por seguridad, en Burzaco la pasábamos mal” expresó.
En el final del dialogo dijo “anoche no sabía qué hacer, no sé qué hacer, tengo miedo, ¿Qué queres que haga? Que me quede y me maten un pibe estos tipos. No pude dormir. Le tengo que prohibir a mis hijos que salgan a la calle, tengo miedo que los agarren en la calle. Era gente muy violenta, no los conozco, después algunos vecinos se fueron acercando y me contaron quienes eran”.
“El kiosco es mi único sostén, no sé cómo voy a seguir. Creo que me tengo que ir porque no tengo amparo de nadie. No quiero que lastimen a nadie de mi familia” finalizó.